10 Pautas para educar con autoridad positiva
Es común en determinados momentos que los niños y niñas no nos hagan caso. Esto puede resultar desesperante. En estos casos es fundamental saber aplicar una autoridad positiva, es imprescindible para la educación de los niños y niñas. Marcar límites y objetivos claros para que sepan diferenciar las conductas que están bien y las que están mal.
¿Por qué no nos hacen caso?
Los niños y niñas en su proceso de crecimiento y desarrollo se hacen poco a poco más independientes. Es normal que tiendan a ignorar a los adultos en determinados momentos, pero es importante tener un control sobre la situación, ya que ellos no están preparados para distinguir lo que pueden y lo que no pueden hacer. La clave esconseguir un equilibrio que les permita desarrollar su autonomía e independencia pero siguiendo unas normas y cumpliendo unos límites, para ello debemos emplear una autoridad positiva.
No hacen caso por varias razones:
- Exceso de tolerancia en determinados momentos. Esto hace que perciban que en determinados momentos es posible saltarse normas.
- No saben lo que se espera de ellos. Esto ocurre cuando no comprenden las órdenes, se dan muchas seguidas, son poco claras o no son coherentes. (no podemos pedirle varias cosas a la vez porque no se centrará en cumplirlas, ni tampoco podemos ser incoherentes, si le pedimos que no grite y gritamos nosotros es incoherente).
- Perciben inseguridad en el adulto que les da la orden.
- El incumplimiento de la orden no tiene ninguna consecuencia.
- Hay diferentes adultos con normas diferentes.
- El carácter del niño/a, es fuerte y difícil de manejar.
- Están acostumbrados a poca firmeza, y a salirse con la suya.
¿Qué podemos hacer? 10 Pautas para educar con autoridad positiva.
- Háblale tranquilamente y con firmeza, sin gritar. Mírale a los ojos cuando le hablas y procura establecer un ligero contacto físico para captar su atención, (como tocarle el hombro, el brazo, etc.).
- Emplea peticiones cortas, concretas y fáciles de entender. No las hagas en forma de pregunta o sugerencia (percibirán poca seguridad y puede dar pie a incumplirlas). Tampoco les des muchas instrucciones a la vez.
- Establece normas claras y concretas. Deben estar adaptadas a la edad y desarrollo del niño/a y han de estar referidas a tiempos y espacios. Por ejemplo cuando llegues a casa el abrigo se deja en la percha o los juguetes se recogen cuando termines de jugar.
- Una vez dada la orden, dejaremos un tiempo para que cumplan con ella. Si no obedece le llamaremos la atención, primero le recordamos la orden con contundencia y si no la cumple le recordamos las consecuencias.
- Si no hace caso después de llamarle la atención. Es importante acompañar al niño/a y hacerle cumplir con la petición. Es fundamental que no aprendan a salirse con la suya. Como no ha obedecido, se le dará una reprimenda y se aplicara la consecuencia negativa (no se trata de un castigo, si no de que comprendan que los actos tienen consecuencias positivas y negativas).
- Las normas deben ser coherentes, constantes y compartidas. Una petición no puede entrar en contraindicación con otra anterior u otra de otra persona. Y tiene que ser siempre de obligado cumplimiento.
- No premies la desobediencia. Cuando el pequeño desobedece y se sale con la suya estamos premiando ese comportamiento. En su lugar debemos prestar más atención cuando se porta bien.
- Elogia al niño/a cuando cumple las normas.
- Utiliza alternativas al no. Si siempre le decimos lo que no puede hacer, acabará ignorando ese no. En ocasiones es bueno emplear alternativas, como “no puedes jugar con la pelota en casa, pero puedes jugar en la terraza”
- En todo caso, mantente firme, pero escucha al pequeño, se paciente y comprensivo.
Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga y Pedagoga
FUENTE: EDUCAYAPRENDE
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