Juego educativo para hacer que los niños y niñas aprendan a realizar interpretaciones positivas de los acontecimientos.
OBJETIVOS
- Enseñar a los niños y niñas a reflexionar sobre sus pensamientos y hacer interpretaciones positivas.
- Desarrollar el pensamiento positivo.
- Enseñar a los pequeños la influencia de sus pensamientos en sus emociones y en sus actos.
PARTICIPANTES
Niños y niñas de 9 años en adelante.
MATERIALES
- Cuento el inventor de pensamientos, fichas “invento los pensamientos de Teo”, “Soy el inventor de mis pensamientos”. Material para escribir.
EN QUE CONSISTE EL JUEGO
El juego consiste en realizar un análisis sobre la influencia de los pensamientos en nuestras emociones y en nuestro modo de proceder. Comenzaremos con la reflexión de los pensamientos de Teo y cómo influyen en su comportamiento, para luego acabar reflexionando los propios pensamientos. Se trata de hacer ver a los niños y niñas que cada uno de nosotros es el propio inventor de sus pensamientos, que es posible hacer interpretaciones más realistas y más positivas de la realidad y que éstas interpretaciones van a ser claves para nuestro bienestar.
INSTRUCIONES
Explicación:
Cuando nos pasa algo, tenemos diferentes pensamientos. Las cosas que pensamos sobre eso que nos pasa, hacen que nos sintamos de una manera o de otra. Para entenderlo vamos a leer el siguiente cuento “El inventor de pensamientos”
Cuentan los habitantes del lugar, que hace muchos años vivía allí un inventor de pensamientos. Este inventor de pensamientos, tenía un trabajo muy importante porque inventaba pensamientos positivos para las personas. Si las personas tenían pensamientos positivos, se sentían bien y estaban contentas. Y cuando se sentían bien y estaban contentas se portaban muy bien y hacían buenas acciones.
El pequeño Teo, había escuchado muchas veces esas historias en boca de los mayores. Teo prestaba mucha atención a las mismas, porque el necesitaba al inventor de pensamientos. Teo siempre pensaba cosas malas acerca de todo lo que le ocurría. Cuando sacaba malas notas, pensaba que era imposible mejorar las calificaciones, que era culpa suya porque era un inútil. Si le reñían en casa, pensaba que todos eran malos y que no le querían lo suficiente. Si alguna vez escuchaba un ruido por la noche, pensaba que algo terrible iba a suceder. Cuando perdía algún partido, creía que los demás no jugaban bien y que por lo tanto era culpa de ellos que no se esforzaban. Y de este modo siempre pensaba cosas negativas sobre todo lo que le ocurría.
Estas formas de pensar le hacían sentirse mal. Cuando pensaba que era un inútil se sentía triste y frustrado, y no estudiaba porque no le iba a servir de nada. Cuando le reían se sentía muy enfadado y se portaba muy mal para molestar a su familia. Si escuchaba ruidos sentía mucho miedo y no podía dormir. Cuando creía que era culpa de los demás perder los partidos, se enfadaba con ellos y les gritaba mucho.
Así que una mañana cualquiera decidido salir en busca del inventor de pensamientos y después de mucho buscar le encontró.
-Buenos días inventor de pensamientos. Le dijo Teo.
-Buenos días- respondió el inventor. ¿Te puedo ayudar en algo?
-Si señor-respondió el niño.- he oído que usted es un inventor de pensamientos y me gustaría que inventase pensamientos buenos para mí.
Teo le conto toda su historia. Le explico lo que pensaba en determinadas ocasiones, le comento como se sentía y lo que hacía y por eso era muy urgente que el inventor de pensamientos, inventara pensamientos positivos para él.
El inventor de pensamientos, le explico lo siguiente:
-La gente no explica bien mi trabajo, yo no puedo inventar pensamientos para ti. Yo solo puedo inventar mis propios pensamientos. Mi trabajo consiste en enseñar a los demás a inventarse sus pensamientos. Solo tú puedes inventar tus pensamientos, yo sólo puedo ayudarte a hacerlo.
Teo, que era un niño muy listo, enseguida comprendió lo que el “inventor de pensamientos” le había explicado. Y con ayuda de éste poco a poco fue cambiando sus pensamientos. Aprendió a pensar que cuando sacaba malas notas no era porque era inútil, sino porque no se había esforzado. Dejo de pensar que cuando le reñían era porque no le querían y pensó que tal vez les hubiera molestado y se merecía la riña. Cambio lo que pensaba sobre los ruidos que escuchaba y ya no sentía miedo. Si perdía algún partido, dejo de pensar que los demás jugaban mal y empezó a pensar que tenían que animarse y aprender todos juntos a colaborar.
De esta forma, gracias a sus nuevos inventos de pensamientos, empezó a sentirse bien y sin darse cuenta comenzó a portarse muy bien.
Los pensamientos de Teo, le hacían sentirse mal y como se sentía mal, hacia cosas que no le ayudaban. Teo aprendió a inventarse, sus pensamientos y hacer unos nuevos que le hacían sentir mejor y con los nuevos pensamientos consiguió portarse muy bien.
Todos nosotros podemos inventar nuestros propios pensamientos. Para comenzar vamos a ayudar a Teo a inventarse nuevos pensamientos, para ello vamos a completar la ficha “invento pensamientos para Teo”.
Les dejaremos un tiempo para que completen la ficha. Cuando la hayan completado haremos una reflexión sobre los pensamientos, lo que le hacían y hacen sentir a Teo y como se portaba.
Ahora vamos a completar la ficha “SOY EL INVENTOR DE MIS PENSAMIENTOS”, en este caso tenemos que pensar diferentes situaciones y pensamientos que nos hayan ocurrido en los últimos días y completar la tabla.
Juego educativo por Celia Rodriguez Ruiz
FUENTE: EDUCAYAPRENDE
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