EL CONSULTOR ESPAÑOL, COAUTOR DEL LIBRO “CÓMO INVERTIR EN SU CEREBRO”, ASEGURA QUE CORRER Y HACER EJERCICIOS PERMITE QUE GENEREMOS MÁS NEURONAS Y DESARROLLEMOS MEJOR NUESTRA MENTE.
Además, dice que las personas que son bilingües y quienes buscan aprender cosas nuevas todos los días y tener desafíos tendrán un cerebro más joven por más tiempo. La rutina, mirar mucha televisión y el estrés son factores altamente negativos.
El ejercicio corporal como herramienta para preservar una buena salud es algo que hoy nadie discute. Pero a esto se le suma la importancia de ejercitar el cerebro para expandir su potencial y conservar, en la medida de lo posible, las facultades mentales ante el paso del tiempo.
Bajo esta premisa se presenta el libro “Cómo invertir en su cerebro“, cuyo coautor es Álvaro Fernández Ibáñez, un consultor y emprendedor español, que lleva 15 años radicado en Estados Unidos. Hace siete lanzó junto con el científico Elkhonon Goldberg (el otro autor del libro) la empresa “Sharpbrains” con la que hacen seguimiento de la ciencia del cerebro, las nuevas tendencias e intentan ver cómo se pueden aplicar en la mejora de la educación, la salud y la mente.
El libro, que se presenta en formato guía, recopila varias investigaciones científicas y da consejos de cómo sacar el máximo potencial a nuestro cerebro.
- ¿Por qué invertir en nuestro cerebro es un buen negocio?
Porque lo ignoramos hasta que es demasiado tarde, hasta que uno tiene Alzheimer o una depresión crónica. Pero cualquier persona puede desarrollar su cerebro. Y esto tiene dos grandes ventajas: mejorar nuestro rendimiento nos sirve para aprender cosas más rápido o para manejar el estrés para poder abordar temas más complicados; e intentar retrasar problemas relacionados con la memoria.
- Y, entonces, ¿cómo tenemos que ejercitar el cerebro?
Hay tres aspectos para los que hay ciencia interesante y nueva. Uno: la importancia del ejercicio cardiovascular, el ejercicio físico que exige un poco de esfuerzo. No se trata de andar, es andar rápido, hacer deporte, correr, por lo menos dos o tres veces por semana. Cada día estamos creando neuronas, a cualquier edad, pero si hacemos ejercicio aeróbico creamos todavía más. Los niños, en general, eso lo hacen bien pero los adultos no tanto. Nos olvidamos. Nuestro cerebro también necesita ir al gimnasio.
El ejercicio mental es el que determina cómo se conectan esas nuevas neuronas con las que ya teníamos. Y cuanto más usamos esas neuronas, más se fortalecen. Pero no se trata de hacer solo crucigramas o sudokus; los primeros 100 o 200 están bien porque suponen un gran esfuerzo, pero una vez que ya hiciste un millón es absolutamente inútil desde un punto de vista de ejercicio mental, porque se convierte en una rutina. Y los ingredientes básicos del ejercicio mental tienen que ser novedad, variedad y desafío. Se necesita que haya un poco de dificultad. Si es algo muy fácil lo llamamos entretenimiento, porque no es estimulación mental y no nos ayuda.
El manejo del estrés. Es bueno y nos hace estar alerta, pero demasiado es contraproducente y puede incluso hacer que mueran neuronas, reduce su creación, no nos deja desempeñar nuestro trabajo bien.
- Las acciones rutinarias y el exceso de televisión, ¿son estos dos elementos contraproducentes para el desarrollo cerebral?
Quizás son los enemigos. Lo que hace único al cerebro humano con el de, por ejemplo un simio, es que es mucho más flexible. Es adaptable, pero eso quiere decir que también es vulnerable y si no lo ejercitamos y aprendemos cosas nuevas se convierte en un cerebro con problemas serios. Se adapta a nuevas maneras de aprender y la rutina o ver la televisión no lo son. Por un poco de rutina o de tele no hay ningún problema. Pero en España la gente mira un promedio de cuatro horas de televisión al día y eso sí es un problema. Mejor ver solo tres horas y la otra ir a un club de lectura.
- ¿Por que la educación musical, la bilingüe y la lectura se plantean como grandes aliados del desarrollo cerebral?
La educación bilingüe es muy interesante porque hay muchísima investigación que demuestra los beneficios. Beneficios a corto y a largo plazo. A corto plazo, favorece la flexibilidad mental y permite una toma de decisiones mucho mayor que en un cerebro monolingüe. Y a largo plazo, se comprobó que las personas que siguen practicando dos idiomas pueden retrasar la aparición del Alzheimer hasta cinco años. Ahora mismo no hay un modo probado de prevenir esta enfermedad, pero sí de retrasar los síntomas.
- ¿Qué es el concepto de neuroplasticidad que se trata en el libro?
Tratamos tres conceptos básicos: uno, la neurogénesis, porque cada día creamos nuevas neuronas. Hasta hace pocos años se pensaba que a partir de los 18-20 años ya no se podían crear nuevas neuronas y hoy sabemos que no es cierto. Segundo: la neuroplasticidad. Esta dice que no son los genes los que dicen al 100% cómo se va a desarrollar el cerebro. Sino que explica que el cerebro no está fijo, no empeora con la edad y hay muchísimas cosas que podemos hacer para ejercitarlos, al igual que hacemos con el cuerpo.
El tercer concepto es la reserva cerebral o cognitiva. En estudios hechos con personas que donaron su cerebro a la ciencia, al hacerles la autopsia se detectó que tenían patologías como el Alzheimer, pero que no había manifestado ningún síntoma. Era gente con niveles de educación altos, que tuvieron ocupaciones estimulantes intelectualmente, entonces a través de esa educación pudieron crear muchas más conexiones entre las neuronas, con lo cual el cerebro estaba mucho mejor preparado para resistir cualquier tipo de deterioro.
- ¿Hasta cuándo es maleable el cerebro? ¿Hasta que morimos?
Sí. Aprender incluso un nombre, cualquier cosa, es un cambio pequeñito en el cerebro. Así que hasta el último día de nuestra vida podemos cambiar el cerebro, pero la tasa de neuroplasticidad es mucho menor. Su máximo se da hacia los 25-30 años y luego gradualmente empieza a reducirse.
Lo importante es que una persona pueda estimularse con novedades y con desafíos. No hay nada peor que estar en sin hacer nada. Así que si uno puede encontrar un trabajo interesante en otro país, que vaya y lo intente. Es una inversión, no una “fuga de cerebros”, como suelen decirle. No trabajar, o no estudiar por mucho tiempo es muy estresante y el estrés es malo para el cerebro.
La jubilación en si misma, como política general que dice que todo el mundo tiene que retirarse a cierta edad, es también otro tipo de “fuga de cerebros” porque lo dejamos de usar. Hay un estudio en Europa que vio que la gente que se retiraba antes experimentaba un declive cognitivo y de su memoria mucho más rápido que el que seguía trabajando unos años más.
- ¿Cada vez hay más preocupación por la salud mental?
Sin duda. Y esta preocupación a nivel cerebral es por el envejecimiento de la población y también por aspectos laborales. Cada vez los trabajos son más complejos y más competitivos. Somos como atletas mentales: si uno se queda un poco anticuado en su trabajo se queda atascado en su carrera.
- ¿Qué alimentos son más óptimos para nuestra salud cerebral?
A nivel general la dieta mediterránea es la que más protege. Comer muchas frutas y hortalizas, pescado rico en Omega3, entre otros. Si pudiéramos evitar la televisión, la rutina y los alimentos procesados iríamos por el buen camino. Lo que la gente ya sabe que es bueno comer para el cuerpo, también lo es para el cerebro. Y uno o dos vasos al día de vino o de cerveza pueden proteger. En cambio tomar suplementos y vitaminas no funciona.
- ¿Los videojuegos y las redes sociales son buenos o contraproducentes para el desarrollo cerebral?
Es un tema que puede cambiar depende de cómo se lo utilice. Volvamos al tema de novedad-desafío-variedad: si las redes sociales y la tecnología nos aportan esto, es mejor que la alternativa de ver la televisión. Pero, en general, nos alarmamos demasiado. Se dice que las nuevas tecnologías nos están friendo el cerebro, aunque en realidad, eso nunca pasa.
En los últimos 150 años, cada vez que hubo tests de inteligencia a nivel mundial se vio que la gente, a nivel medio, se vuelve más inteligente, y son personas que conviven día a día con las nuevas tecnologías, los video juegos, y las redes sociales. De lo que se trata es de manejar esas herramientas para que aporten novedad, variedad y desafío sin llegar a estresarnos. El problema reside en usarlas en exceso, porque deja de ser algo nuevo y pasa a ser rutina.
- ¿Cuál es el mejor consejo para preservar nuestra salud cerebral en la vida cotidiana?
Levantarse y tomarse la vida de un modo diferente cada día. Eso te va a forzar a prestar atención, a descubrir cosas nuevas en el camino por tu ciudad, mientras que estas en el trabajo, a la hora de elegir tu comida, o la actividad de la tarde. Intentar ir y volver de un modo o por un camino diferente cada día será alentador y desafiante para ejercitar tu cerebro.
Fuente: La Vanguardia.
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