Para que un aprendizaje sea significativo ha de ser divertido. Lo natural en las personas es aprender. La especie humana tiene un increíble interés por aprender, descubrir, investigar y entender los fenómenos que le rodean. Esto ocurre porque somos curiosos por naturaleza y nuestra mente está diseñada para crear aprendizajes y evolucionar.
Aprendizaje y diversión van de la mano en los contextos naturales de creación de aprendizajes. Para ello es fundamental despertar el gusto y el interés de la persona que aprende, y dejar que sea esta persona la propia responsable de su proceso de aprendizaje.
Es fundamental dotar a los niños y niñas de diversión en sus contextos y entornos de aprendizaje, hacerlos responsables del mismo y dejarles crear sus propios aprendizajes a su ritmo, sin presiones.
Por qué el aprendizaje divertido es efectivo
El aprendizaje que divierte, se convierte en una situación donde la persona disfruta. Estos contextos de aprendizaje son los más efectivos al permitir el aprendizaje natural, espontaneo y seguir de esta forma las leyes de pensamiento y conducta humanas.
- Un aprendizaje divertido se adapta al ritmo e interés de la persona.
- Los pequeños no se ven forzados a crear un conocimiento, lo hacen porque sienten el impulso de hacerlo.
- Desaparecen las tensiones, se desarrolla la capacidad creativa e indagatoria.
- Se construye un verdadero aprendizaje significativo, que no se olvida y que pasa a formar parte del desarrollo personal.
- Se aprende más y se hace más rápido, en contra de lo que se pueda pensar, puesto que se deja libertad, espacio y tiempo, para el desarrollo de las propias capacidades.
Cómo podemos crear contextos de aprendizaje divertidos
10 Consejos para un aprendizaje divertido
- Olvida las presiones y las tensiones, el objetivo último del proceso debe la creación de aprendizajes, y no la evaluación de los mismos.
- Deja a un lado las etiquetas y la evaluación normativa. Plantéales una meta, que debe ser del tipo: “aprender como…..” “saber porque……” etc. y dales libertad para construir ese conocimiento.
- El papel del educador debe ser de guía, pero la responsabilidad es del alumno.
- Es importante que los pequeños tengan un papel activo. Para ello deja que indaguen, que se pregunten, que hagan y se comprometan de forma natural con su propio proceso. Olvida el típico aprendizaje donde los niños/as tienen un papel pasivo y se limitan a ser receptores de contenidos.
- Deja que se involucren en su aprendizaje. Son más efectivos los aprendizajes donde ellos tienen que elaborar un trabajo, un proyecto, buscar y encontrar los porqués y las soluciones. Este tipo de tareas hace que se motiven más y que su aprendizaje sea significativo.
- No castigues sus errores. Enséñales a descubrir sus errores y dales la posibilidad de corregirlos y aprender de ellos. El error es una excelente fuente de aprendizaje. Los seres humanos aprendemos por ensayo-error. Castigar un error y poner una nota, sin permitirles aprender y corregirlos es desmotivador, el refuerzo es negativo.
- En lugar de imponer, despierta su interés y su curiosidad. Exponles un tema y deja que pregunten que se cuestionen, que quieran saber.
- Deja que sigan su propio ritmo. Ten en cuenta que cada niño/a es distinto y seguirá su propio ritmo, con sus momentos específicos. No presiones y deja que se desarrolle.
- En lugar de explicarles porque, pregúntales porque, haz que se cuestionen y que quieran saber.
- Evalúa el proceso en su conjunto. Hazles partícipes de su propia evaluación. Ellos son los protagonistas del proceso, deben ser capaces de reflexionar sobre sus avances.
Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga y Pedagoga
FUENTE: EDUCAYAPRENDE
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